El inevitable declive de EUA y las consecuencias para México (Parte III)
- Estéfano Robles
- 18 ene 2018
- 5 Min. de lectura

Consecuencias de la dependencia global por el dólar
En 1965, el expresidente francés Charles De Gaulle se quejó de la enorme dependencia global por el dólar y de su irresponsable impresión desmedida por parte de los Estados Unidos para financiar la guerra de Vietnam. De Gaulle advirtió al mundo que un sistema monetario basado en una única moneda representa un constante peligro con fatales consecuencias.
Concientizados por dicho discurso, una inesperada ola de intercambio dólar/oro, de parte de varios países, hizo entrar en crisis a Estados Unidos, quienes en 1971, en lugar de proponer un nuevo orden financiero mundial, retiraron el patrón oro de su moneda, dejando como respaldo de la misma al aire (nada).
Petrodólares
Como el oro ya no respaldaba el valor del dólar, el entonces presidente Nixon, negoció con Arabia Saudita, la venta de armas, protección y respaldo por parte de su gobierno a cambio de que comercializara su petróleo en dólares. Desde entonces el dólar se estandarizó como la moneda de intercambio petrolero. A juzgar por el dato anteriormente proporcionado, no es demasiado arriesgado pensar que, por poner un ejemplo, tanto Muamar Gadafi como Sadam Husein, al tratar de vender su petróleo en otra moneda, sufrieran las consecuencias que todos conocemos; ¡esto es algo gravísimo! Muchos periodistas e investigadores independientes sostienen que los terroristas no son otra cosa que fuerzas de choque, financiadas y promovidas por los Estados Unidos para desestabilizar naciones y mantener bajo control, mediante el miedo y la constante amenaza a sociedades divergentes. Por cierto, las armas que portan los terroristas son de manufactura estadounidense, por lo que el conflicto es un negocio redondo.
El quiebre interno
Estados Unidos se encuentra actualmente bifurcado; por un lado se encuentra la élite financiera, la dinastía Bush y los Clinton –quienes representan la clase política globalista–, por otro los proteccionistas, la clase trabajadora y los conservadores, personificados en el presidente Trump. Hillary Clinton fue retratada por los medios como una presidenta que favorecería a los migrantes, una mujer sensible y congruente. La verdad sobre Clinton, es muy distante y al compararla con Trump nada maniquea, pues las conexiones de la otrora candidata a la presidencia con los representantes más oscuros de la élite mundial la hace incluso más peligrosa para el mundo de lo que puede llegar a ser el actual presidente estadounidense. Los correos filtrados por WikiLeaks (https://wikileaks.org/wiki/Wikileaks/es) y la información vertida en la red por medios independientes, revelaron una situación terrible, que involucra redes de pedofilia, malversación de fondos, conflictos de interés y apoyo al terrorismo; todo esto, detrás de la figura de Hillary Clinton.
Por otro lado Trump representa el sector social más xenófobo, ignorante e intolerante de su país. Busca, con medidas desesperadas y fuera de los convencionalismos diplomáticos, regresar a Estados Unidos al lugar hegemónico que algunos creen, les pertenece por derecho divino. Trump busca por todos los medios alejar a Rusia de China, algo que a estas alturas parece francamente imposible. De seguir con estas políticas separatistas y aislantes, en lugar de recuperar su control y hegemonía, podemos prever en varios escenarios, la ruina de una u otra forma para Estados Unidos.
La injerencia de los Estados Unidos
Se comentó anteriormente sobre el patrón oro como respaldo de cada moneda que circula en el mundo. Asimismo que la principal fortaleza de EE.UU. es precisamente la omnipresencia que aún posee su divisa en el marco global, siendo la única que no respalda su valor en oro, sino en petróleo. ¿Qué pasaría entonces si varios de los países que actualmente utilizan el dólar como moneda de intercambio empezaran a comercializar su petróleo en gran escala en cualquier otra moneda? Precisamente China, Rusia e Irán, acordaron en 2014 un mayor acercamiento social, militar y económico. Es precisamente en el ámbito económico donde se involucran gas y petróleo.
China, la mayor economía del mundo, no cuenta en su territorio con grandes reservas de hidrocarburos, por lo que la alianza con Rusia (gas) e Irán (petróleo) representa un movimiento estratégico fundamental, pues, para continuar con su implacable crecimiento, necesita grandes cantidades de ambos hidrocarburos.
Esta unión tripartita acordó iniciar grandes intercambios comerciales en sus propias monedas en 2018, “coincidentemente” una revuelta exprés a finales de 2017 surgió en Irán con una logística y estructura militar sospechosa. Como era de esperarse Estados Unidos se declaró a favor de los rebeldes, llegando a declarar el propio presidente Donald Trump que el apoyo norteamericano no se quedaría simplemente en “palabras”. Esto llevo a decenas de analistas a interpretar dicha revuelta como un con un castigo al gobierno Iraní por su reciente alianza con Rusia y China de parte, obviamente de EE.UU.
¡México en Guerra!
¿Sabían ustedes que estamos en guerra? En 2014, el departamento de Estado, de EE.UU, presidido en aquel entonces por John Kerry, emitió un comunicado con la lista de países que forman parte de la coalición global contra ISIS; por supuesto, entre los 62 países se encuentra México. Una muestra clara de la falta de respeto y de la constate injerencia de parte de nuestros vecinos del norte, tomando decisiones trascendentales para nuestro país sin consultarnos, pues seguramente Peña Nieto fue el último que se enteró ya que sigue viviendo una vida de telenovela. ¿Me equivoco? ¿Realmente se dio gran cobertura a este importantísimo documento? ¿Cómo es posible que un Estado se atreva a meter en sus propios conflictos a otro? Como ustedes sabrán, México es un país declarado por sí mismo neutral (Doctrina Estrada) por lo que la inclusión en la lista de la coalición es aún más ofensiva.
Conclusiones
Existe una doctrina pútrida, supersticiosa y expansionista llamada “El Divino Manifiesto”. Dicha doctrina sostiene que por la voluntad de Dios, los Estados Unidos tienen no solo el derecho, sino la obligación divina de expandirse y llevar su mensaje civilizatorio. Algo muy similar a lo planteado por el movimiento sionista, el cual reclama para territorio israelí, una zona que abarca desde el río Éufrates hasta el Nilo –de ahí que en la bandera israelí existan dos franjas azules–, un derecho basado únicamente por su propia creencia religiosa, referida en la Torá.
El mundo se dirige ahora mismo a una hegemonía multipolar, coincidiendo con el ascenso de Rusia y China y el inevitable declive de los EUA.
Entiendo que el proceso será convulso y las consecuencias para México devastadoras,
Entiendo también que debemos ser propositivos sin dejar de ser críticos; consumamos lo propio, defendamos nuestra cultura y tradiciones. Si lo hecho en México declina en calidad comparado con lo fabricado en cualquier otra potencia, es precisamente por el debilitamiento industrial al que nos han sometido. ¿O creen ustedes que es justa la competencia que supone el TLCAN entre dos grandes potencias y México?
No adoptemos términos o neologismos en voces extranjeras. ¿Acaso nuestro bello idioma no cuenta con las herramientas y recursos para referirnos a cualquier situación? ¿Se puede comparar una lengua tan pobre como el inglés con una tan multicultural y fonéticamente exquisita como la nuestra? Durante años nos han vendido una imagen extranjera. Ser moreno es malo, no hablar inglés es penoso. Lamentablemente somos cómplices de nuestra desgracia. Recuperemos nuestra cultura, sintámonos orgullosos del indigenismo mexicano, pues es nuestro vínculo con el pasado, infórmenos y seamos responsables con nuestro voto. Y sobre todo, afrontemos con valentía los efectos secundarios que durante años nuestro desdén e indiferencia han provocado, pues citando al Comandante Che Guevara: “Un Pueblo que no lee, es un pueblo fácil de esclavizar”.
Les deseo muy buen día a todos.
Estéfano Robles
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